El cerro Castillón es un espolón amesetado sobre el valle del río Jabalón. Sobre él se alza un yacimiento, con dos fases históricas claramente diferenciadas: una calcolítica y otra medieval.
La primera destaca por ser el Castillón un punto importante dentro de las rutas de la Edad del Cobre (2500-1800 a.C. aprox.), siendo, posiblemente, uno de los yacimientos que mayor cantidad de cerámica decorada de estilo campaniforme ha aportado en comparación al resto de los que se encuentran en la región castellano-manchega.
La segunda gran etapa es la que corresponde al denominado tradicionalmente como “Castillo de Peñaflor” y se ubica en torno al siglo XIII. Pero más que un castillo, en verdad fue una aldea fortificada. A mediados del siglo XIX, las crónicas todavía nos hablaban del paraje de Peñaflor como uno de los asentamientos medievales del alto valle del río Jabalón, que aportó, –junto a los de Xamila–, gran parte de los habitantes del lugar de la Moralexa, el germen de la actual Villanueva de los Infantes.
En 2004 se confirmó la presencia de un cementerio de Repoblación que se correspondería con la iglesia que ya se menciona para este lugar al menos desde 1238. Así se ha reafirmado en posteriores excavaciones, como la llevada a cabo en 2013, ante el peligro de deterioro que sufren los restos.