Ya en el siglo XVI se dice haber una pequeña ermita en el camino de Valosolmos, a medio camino entre la Villa y el cerro de San Cristóbal, que está junto a la fuente de la Mora. A finales del siglo XVII llega a la Villa como Gobernador un hombre rico y piadoso.
Se desconocen los motivos que le llevaron a ampliar dicha ermita que dedicó a Nuestro Padre Jesús bajo la advocación de Jesús Sentado, ya que era la actitud que presentaba la imagen. Decía una inscripción en la bóveda de la capilla: “ESTA ERMITA DEL SEÑOR SENTADO LA HIZO A SU COSTA Y DEVOCIÓN EL SEÑOR DON FRANCISCO QUIJANO Y CEVALLOS COMENDADOR DE OCAÑA EN LA ORDEN DE SANTIAGO, GOBERNADOR DE ESTA VILLA Y CAPITÁN DE GUERRA DE LA VILLA Y CAMPO DE MONTIEL POR SU MAJESTAD, AÑO 1700”.
A las puertas de la ermita se encuentran las armas de un Caballero de la Orden de San Juan y que colaboró con el gobernador D. Francisco de Quijano en la ampliación de dicha ermita, así como las de un Caballero de la Orden de Calatrava.
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