Es lo que perdura de un convento de monjas dominicas, fundado en 1598. Destacan la fachada-retablo de la calle Cervantes con un altorrelieve de la Anunciación y el pórtico en la Calle Monjas y Honda. El interior de la iglesia del convento tiene forma de cruz latina con cabecera recta y cubiertas con tramos de medio cañón con lunetos. En el crucero, una bóveda de media naranja marca la situación de privilegio. Unas magníficas yeserías decoran tanto la bóveda como la cúpula.
En la actualidad es un auditorio, y se encuentra acondicionado para tal menester. En su fachada exhibe una serie de placas conmemorativas del estudio dirigido por Francisco Parra Luna que determinó que el Lugar de la Mancha descrito en el Quijote se trataba de Villanueva de los Infantes.
